He accedido a esta carta abierta, publicada por Hannah Arendt y por otros el 4 de diciembre de 1948 en el New York Times, en una versión francesa. Como ejercicio para mí mismo la traduje, y ahora la publico aquí para que veáis cómo no tenemos motivos para dejarnos amedrentar por quienes llaman antisemitas a los que criticamos o aborrecemos la política de exterminio efectuada por el Estado de Israel.
Lo que nos da este breve texto es un buen ejemplo de la actitud de esta intelectual judía que hubo de exiliarse de su Alemania natal: su empeño en conseguir que los hombres («no El Hombre») sean dignos, su aguda sensibilidad para detectar el totalitarismo hasta en los territorios ideológicos más cercanos; su clarividencia política, que tanto me recuerda a la de ese otro hombre decente, Albert Camus. Basta proyectar lo que decían en su momento unos cuantos años hacia delante para comprobar hasta qué punto acertaban. Cuanto más aprendo acerca de la agitada vida moral de occidente durante la posguerra, más admiro estas conductas.
Algunas aclaraciones:
Pocos meses antes de la publicación de esta carta, el 14 de mayo de 1948, se había proclamado Israel como república independiente y soberana. Desde la misma fundación se había desarrollado una guerra permanente entre israelíes y árabes en la que mediaron, sin éxito, las Naciones Unidas a través de su enviado, el conde Bernadotte, quien acabó asesinado por la banda sionista Lehi en septiembre de ese mismo 1948.
El Gang de Stern agrupaba a las organizaciones paramilitares Haganah, Lehi e IZL y se concentraba principalmente en los ataques terroristas contra los británicos. Como obra maestra de su ejecutoria cabe recordar el atentado con bomba en el hotel Rey David de Jerusalén en julio de 1946, que acabó con 91 víctimas mortales, la mayoría civiles, entre árabes, británicos, judíos y otros.
Arendt se extiende en algunas consideraciones acerca de Menahem Begin y su partido. Recordemos que Begin acabó, al cabo de los años, fundando el Likud y, admirémonos todos, ganando el Premio Nobel de la Paz en 1978 gracias a la conciliación negociada con Egipto. Lecciones de la historia.
Hannah Arendt
LA VISITA DE MENAHEM BEGIN Y LOS OBJETIVOS DE SU MOVIMIENTO POLÍTICO
Entre los fenómenos políticos contemporáneos capaces de suscitar la mayor inquietud es preciso incluir el nacimiento del Partido de la Libertad (Triu’at Haherut) en el recién fundado Estado de Israel. En su estructura organizativa, en sus métodos, en su filosofía política y en su poder de persuasión social este partido se revela muy próximo a los partidos nacionalsocialistas y fascistas. Se ha formado a partir de miembros y de militantes del antiguo Irgun Zvai Leumi, una organización terrorista, encendidamente nacionalista y de extrema derecha de Palestina.
La actual visita efectuada por Menahem Begin, cabeza de este partido, a los Estados Unidos supone preparar las próximas elecciones en Israel dando la impresión de que los Estados Unidos lo sostienen, y ha de reforzar los lazos establecidos con los círculos sionistas conservadores de los EEUU. Un cierto número de americanos que gozan de renombre en los círculos influyentes del país ya han permitido utilizar su nombre para agasajar a Begin con motivo de esta visita. Ahora bien, es inconcebible que, si se les ha informado de una manera fiable acerca del pasado político y de las ideas políticas de Begin, quienes se oponen al fascismo en todo el mundo hayan prestado su nombre y su apoyo al movimiento que éste representa.
Antes de que se produzcan consecuencias irreparables en forma de ayuda financiera y de declaraciones públicas a favor de Begin, antes de que se produzca en Palestina la impresión de que una gran parte de América apoya a elementos fascistas en Israel, América debe ser informada del pasado y de los objetivos de Begin y de su movimiento.
Las declaraciones públicas del partido de Begin no anuncian nada en absoluto acerca de su verdadero carácter. Hoy en día se trata de la libertad, de la democracia y del antiimperialismo, mientras que aún hace poco estas declaraciones propagaban la doctrina de un estado fascista. Los actos revelan más la verdadera naturaleza terrorista del partido: sobre la base de su actividad práctica pasada, se puede juzgar mejor lo que cabe esperar de éste en el porvenir.
Ataque a una población árabe
Un ejemplo chocante de esta actividad fue el acontecido en la población árabe de Deir Yasín. Este pueblo aislado, rodeado por tierras pertenecientes a judíos, no había participado en la guerra e incluso había impedido el acceso a las bandas árabes que se querían servir de él como una base para sus incursiones. El 9 de abril, según el New York Times, bandas de terroristas atacaron este pueblo apacible que no representaba un objetivo militar, y dieron muerte a la mayoría de sus habitantes —240 hombres, mujeres y niños—; dejaron con vida a algunos para hacerles desfilar como prisioneros por las calles de Jerusalén. Este acontecimiento aterró a la gran masa de la comunidad judía y la Jewish Agency dirigió un telegrama de disculpas al rey Abdallah de Jordania. Pero, lejos de avergonzarse de su fechoría, los terroristas se enorgullecían de la masacre, se exhibían en público e invitaban a todos los corresponsales de los medios extranjeros presentes en Israel a visitar los montones de cadáveres y los destrozos que habían provocado en Deir Yasín.
Lo sucedido allí ilustra el carácter y la actividad del Partido de la Libertad.
En el seno de la comunidad judía, este partido ha adoptado una ideología compuesta a partir del ultranacionalismo, del misticismo religioso y de una propaganda de superioridad racial. Como otros partidos fascistas, se dedicó a romper huelgas y exigió la destrucción de los sindicatos libres. Estos sindicatos, según ellos, habrían de ser reemplazados por agrupaciones corporativas siguiendo el modelo del fascismo italiano.
Durante los últimos años de violencias esporádicas efectuadas contra los británicos, el IZL y el Gang de Stern, edificaron una verdadera dominación terrorista entre las poblaciones judías de Palestina. Educadores acabaron en el hospital porque tomaron posición en su contra. Adultos fueron asesinados porque prohibían a sus hijos unirse a estos grupos. Al multiplicar las trifulcas, las roturas de vidrios y las agresiones individuales, los terroristas aplicaron los métodos de los gángsteres para intimidar a la población y para hacerse con importantes tributos mediante la extorsión.
Los miembros del Partido de la Libertad no han participado en lo que se construye en Israel. No han trabajado para hacer cultivable la tierra, no han construido viviendas: se limitan a poner en peligro los esfuerzos defensivos de los inmigrantes. Los intentos de estimular la inmigración, de los que no han cesado de jactarse, se quedan en insignificantes y se dirigen esencialmente a atraer acólitos fascistas de su calaña.
Contradicciones manifiestas
Las contradicciones que se pueden extraer entre las audaces afirmaciones de Begin y de su partido y la realidad de sus pasadas acciones en Palestina, demuestran claramente que no se trata de un partido político tal como se entiende habitualmente. Estas contradicciones son el signo irrefutable de que se trata de un partido fascista para el cual el terrorismo (dirigido a la vez contra los judíos, los árabes y los británicos) y la falsificación de la realidad son los medios apropiados para crear un estado dictatorial («Führerstaat»).
Todo lo que antecede hace indispensable que en este país se conozca la verdad acerca de Begin y de su movimiento. Es aún más trágico que los dirigentes del sionismo americano hayan rechazado manifestarse contra sus manejos o, siquiera, exponer a los miembros de su comunidad los peligros que amenazan a Israel si este país le apoya.
Ésta es la razón de que los abajo firmantes hayan recurrido a la publicación de algunos antecedentes bien establecidos referentes a Begin y a su partido, con el fin de animar a todas las personas afectadas a no apoyar esta expresión, la más reciente, del fascismo.
Lo que nos da este breve texto es un buen ejemplo de la actitud de esta intelectual judía que hubo de exiliarse de su Alemania natal: su empeño en conseguir que los hombres («no El Hombre») sean dignos, su aguda sensibilidad para detectar el totalitarismo hasta en los territorios ideológicos más cercanos; su clarividencia política, que tanto me recuerda a la de ese otro hombre decente, Albert Camus. Basta proyectar lo que decían en su momento unos cuantos años hacia delante para comprobar hasta qué punto acertaban. Cuanto más aprendo acerca de la agitada vida moral de occidente durante la posguerra, más admiro estas conductas.
Algunas aclaraciones:
Pocos meses antes de la publicación de esta carta, el 14 de mayo de 1948, se había proclamado Israel como república independiente y soberana. Desde la misma fundación se había desarrollado una guerra permanente entre israelíes y árabes en la que mediaron, sin éxito, las Naciones Unidas a través de su enviado, el conde Bernadotte, quien acabó asesinado por la banda sionista Lehi en septiembre de ese mismo 1948.
El Gang de Stern agrupaba a las organizaciones paramilitares Haganah, Lehi e IZL y se concentraba principalmente en los ataques terroristas contra los británicos. Como obra maestra de su ejecutoria cabe recordar el atentado con bomba en el hotel Rey David de Jerusalén en julio de 1946, que acabó con 91 víctimas mortales, la mayoría civiles, entre árabes, británicos, judíos y otros.
Arendt se extiende en algunas consideraciones acerca de Menahem Begin y su partido. Recordemos que Begin acabó, al cabo de los años, fundando el Likud y, admirémonos todos, ganando el Premio Nobel de la Paz en 1978 gracias a la conciliación negociada con Egipto. Lecciones de la historia.
Hannah Arendt
LA VISITA DE MENAHEM BEGIN Y LOS OBJETIVOS DE SU MOVIMIENTO POLÍTICO
Entre los fenómenos políticos contemporáneos capaces de suscitar la mayor inquietud es preciso incluir el nacimiento del Partido de la Libertad (Triu’at Haherut) en el recién fundado Estado de Israel. En su estructura organizativa, en sus métodos, en su filosofía política y en su poder de persuasión social este partido se revela muy próximo a los partidos nacionalsocialistas y fascistas. Se ha formado a partir de miembros y de militantes del antiguo Irgun Zvai Leumi, una organización terrorista, encendidamente nacionalista y de extrema derecha de Palestina.
La actual visita efectuada por Menahem Begin, cabeza de este partido, a los Estados Unidos supone preparar las próximas elecciones en Israel dando la impresión de que los Estados Unidos lo sostienen, y ha de reforzar los lazos establecidos con los círculos sionistas conservadores de los EEUU. Un cierto número de americanos que gozan de renombre en los círculos influyentes del país ya han permitido utilizar su nombre para agasajar a Begin con motivo de esta visita. Ahora bien, es inconcebible que, si se les ha informado de una manera fiable acerca del pasado político y de las ideas políticas de Begin, quienes se oponen al fascismo en todo el mundo hayan prestado su nombre y su apoyo al movimiento que éste representa.
Antes de que se produzcan consecuencias irreparables en forma de ayuda financiera y de declaraciones públicas a favor de Begin, antes de que se produzca en Palestina la impresión de que una gran parte de América apoya a elementos fascistas en Israel, América debe ser informada del pasado y de los objetivos de Begin y de su movimiento.
Las declaraciones públicas del partido de Begin no anuncian nada en absoluto acerca de su verdadero carácter. Hoy en día se trata de la libertad, de la democracia y del antiimperialismo, mientras que aún hace poco estas declaraciones propagaban la doctrina de un estado fascista. Los actos revelan más la verdadera naturaleza terrorista del partido: sobre la base de su actividad práctica pasada, se puede juzgar mejor lo que cabe esperar de éste en el porvenir.
Ataque a una población árabe
Un ejemplo chocante de esta actividad fue el acontecido en la población árabe de Deir Yasín. Este pueblo aislado, rodeado por tierras pertenecientes a judíos, no había participado en la guerra e incluso había impedido el acceso a las bandas árabes que se querían servir de él como una base para sus incursiones. El 9 de abril, según el New York Times, bandas de terroristas atacaron este pueblo apacible que no representaba un objetivo militar, y dieron muerte a la mayoría de sus habitantes —240 hombres, mujeres y niños—; dejaron con vida a algunos para hacerles desfilar como prisioneros por las calles de Jerusalén. Este acontecimiento aterró a la gran masa de la comunidad judía y la Jewish Agency dirigió un telegrama de disculpas al rey Abdallah de Jordania. Pero, lejos de avergonzarse de su fechoría, los terroristas se enorgullecían de la masacre, se exhibían en público e invitaban a todos los corresponsales de los medios extranjeros presentes en Israel a visitar los montones de cadáveres y los destrozos que habían provocado en Deir Yasín.
Lo sucedido allí ilustra el carácter y la actividad del Partido de la Libertad.
En el seno de la comunidad judía, este partido ha adoptado una ideología compuesta a partir del ultranacionalismo, del misticismo religioso y de una propaganda de superioridad racial. Como otros partidos fascistas, se dedicó a romper huelgas y exigió la destrucción de los sindicatos libres. Estos sindicatos, según ellos, habrían de ser reemplazados por agrupaciones corporativas siguiendo el modelo del fascismo italiano.
Durante los últimos años de violencias esporádicas efectuadas contra los británicos, el IZL y el Gang de Stern, edificaron una verdadera dominación terrorista entre las poblaciones judías de Palestina. Educadores acabaron en el hospital porque tomaron posición en su contra. Adultos fueron asesinados porque prohibían a sus hijos unirse a estos grupos. Al multiplicar las trifulcas, las roturas de vidrios y las agresiones individuales, los terroristas aplicaron los métodos de los gángsteres para intimidar a la población y para hacerse con importantes tributos mediante la extorsión.
Los miembros del Partido de la Libertad no han participado en lo que se construye en Israel. No han trabajado para hacer cultivable la tierra, no han construido viviendas: se limitan a poner en peligro los esfuerzos defensivos de los inmigrantes. Los intentos de estimular la inmigración, de los que no han cesado de jactarse, se quedan en insignificantes y se dirigen esencialmente a atraer acólitos fascistas de su calaña.
Contradicciones manifiestas
Las contradicciones que se pueden extraer entre las audaces afirmaciones de Begin y de su partido y la realidad de sus pasadas acciones en Palestina, demuestran claramente que no se trata de un partido político tal como se entiende habitualmente. Estas contradicciones son el signo irrefutable de que se trata de un partido fascista para el cual el terrorismo (dirigido a la vez contra los judíos, los árabes y los británicos) y la falsificación de la realidad son los medios apropiados para crear un estado dictatorial («Führerstaat»).
Todo lo que antecede hace indispensable que en este país se conozca la verdad acerca de Begin y de su movimiento. Es aún más trágico que los dirigentes del sionismo americano hayan rechazado manifestarse contra sus manejos o, siquiera, exponer a los miembros de su comunidad los peligros que amenazan a Israel si este país le apoya.
Ésta es la razón de que los abajo firmantes hayan recurrido a la publicación de algunos antecedentes bien establecidos referentes a Begin y a su partido, con el fin de animar a todas las personas afectadas a no apoyar esta expresión, la más reciente, del fascismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario