martes, 10 de julio de 2007

Hagan sus apuestas

La noticia, tremenda, se ha extendido a toda velocidad. Un periodista del portugués Diário de Notícias, tras una rigurosa investigación conectado a Internet durante sus horas de trabajo, ha detectado y denunciado la prestación de servicios eróticos a cargo de menores a cambio de retribuciones tan insignificantes como recargas para el teléfono móvil.

¿Se trata de una red? ¿De una actividad que empieza a popularizarse entre las púberes portuguesas? Por de pronto, me pasma que una jovencita de 14 años y beneficiaria de una conexión de banda ancha pueda realizar un striptease o masturbarse ante su webcam a cambio de 10 euros para llamadas y mensajes de móvil. También me admira que la información, que han repetido en España —sin mucho juicio— al menos El País y La Voz de Galicia, venga tan desnuda de datos concretos, de pruebas, de circunstancias que vayan más allá de los detalles escabrosos.

Piensen ustedes lo que quieran, pero en mi opinión se ha abierto la temporada de los periodistas ambiciosos: Internet es, a la vez, el chivo expiatorio y la fuente proveedora de toda sabiduría y de todo escándalo sabroso cuando el verano llega y los personajes importantes callan. Respiren tranquilos y pasen unas felices vacaciones; ya verán lo que queda de todo esto en octubre.

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