Ayer
Joaquín Leguina publicaba
un artículo en El País sobre el incierto porvenir político de Gallardón y su partido. El tema, en principio, está claro y resulta muy fácil ceñirse a sus límites. Pero, como deja muy claro
en cada ocasión que se le presenta, el viejo político tiene muy claras sus verdaderas antipatías, de modo que no puede resistirse a añadir como quien no quiere la cosa una nota picante:
Vamos que, al final, van a tener razón los muy próximos a Rodríguez Zapatero cuando aseguran que el gran activo político del actual presidente del Gobierno es que "tiene muy buena suerte".
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