martes, 26 de abril de 2016

Y si Cataluña rompe España, ¿qué?

Y si Cataluña rompe España, ¿qué? es el título de un proyecto de Paula Fernández de Bobadilla, Cristian Campos y Ximena Maier: un libro que compila las respuestas de numerosas personalidades públicas a un cuestionario cuyo tema queda bastante bien explicitado en el título. Resulta interesante picotearlo si se tiene una noche de insomnio.

Guiado por una cierta pereza —el cuestionario es útil para encarrilar sin mucho esfuerzo la formulación de opiniones—, yo he dado un paso más: me he puesto a redactar mis propias respuestas.

Encuentro defectos en el planteamiento de los autores: no parece percibir la existencia de los catalanes no separatistas ni el dominio de las Kulturkämpfe nacionalistas durante los últimos años; pero bueno, vale para hacer una entrada nueva en el blog. Sirvo el resultado:

 

¿España roba a los catalanes más de lo que roba al resto de los españoles? ¿Debe tener límites la solidaridad de los catalanes con el resto de los españoles?

Hablar de robo es peor que exagerar. Por otra parte, desde el momento en que se instituye un estado autonómico, se concluye inevitablemente que cada comunidad autónoma debe disponer hasta cierto punto de sus propios recursos.

¿Es viable social, política, cultural y económicamente una Cataluña independiente?

La pertenencia o no a una nación determinada quizás no sea el factor más sustancial de cara a la viabilidad de un cuerpo social.

¿Es viable social, política, cultural y económicamente una España sin Cataluña?

Espero que sí.

¿A usted le importaría que el idioma catalán desapareciera? ¿Por qué?

Cuando creemos que la naturaleza de una entidad es trascendente, generalmente se trata de realidades convencionales o espontáneas, en cualquier caso emergentes. La gente ya se comunicaba antes de que surgiera el idioma catalán. Cuando desaparezca no será porque la gente se quede repentinamente muda.

¿Y si el que desapareciera fuera el idioma español?

Aplico lo dicho en la pregunta anterior.

¿Y por qué no debería permitirse que los catalanes se independizaran si así lo desean mayoritariamente?

Si una mayoría reforzada de los catalanes expresa consistentemente su deseo de fundar una nueva nación, deben hacerlo o al menos intentarlo sin más impedimentos.

 

 

¿A usted le gusta España? Suponiendo que se le permitiera vivir con su mismo nivel de vida actual en cualquier país del mundo, ¿escogería España?

No me gusta España, lo que quiere decir sólo que no me gustan los defectos de los españoles. Hoy creo que me acomodaría mejor a los defectos de los estadounidenses, pero mañana puedo pensar de otro modo.

¿Por qué debería creerme que en una Cataluña independiente se respetarían los derechos de los españoles si en la Cataluña dependiente se ha multado a comerciantes por rotular su negocio en español?

Lo prudente es no creerse nada. El respeto descansa en la fuerza, y por favor entendamos "fuerza" lato sensu.

¿Es España algo más que un ente administrativo puramente instrumental? ¿Qué, en concreto? ¿Lo es Cataluña?

Pues debería bastar con que fuera un ente administrativo justificado en términos pragmáticos, vale decir de bienestar de los ciudadanos. Como estamos viendo, en cuanto falla esta justificación todos los adornos románticos (la cultura, el sentimiento, el carácter nacional) o se descomponen o delatan su carácter falsario.

Los catalanes quieren emigrar de España pero sin moverse del sitio y sin soportar ninguna de las incomodidades asociadas a una ruptura traumática con su país actual. Rebátalo.

Falla el sujeto, "los catalanes". ¿Qué catalanes? Por lo demás, no se puede rebatir un deseo. A todos nos gustaría cosechar sólo los resultados propicios de nuestras decisiones y descartar los perjudiciales.

¿En qué cambiaría su vida si Cataluña se independizara? ¿Adoptaría algún tipo de decisión personal (por ejemplo mudarse o boicotear los productos catalanes o españoles)?

En nada sustantivo, creo. Pasaríamos al catalanismo balear como problema. Y mi curiosidad hacia el tema catalán tomaría una deriva, diría yo, de sociólogo de salón, casi entomológica.

¿Qué diferencia hay entre un nacionalista y un patriota?

Yo concibo un patriotismo más bien pasivo. Bastaría con ser un ciudadano correcto, cumplidor y con una elemental solidaridad. El nacionalista no sólo cree en una distinción peculiar de su pueblo, sino en que esa diferencia debe tener una expresión tangible y cotidiana frente a —y contra— los supuestos foráneos.

Los que por inmovilismo se opusieron en su momento a la Constitución se han convertido ahora en sus principales defensores, también por inmovilismo. Rebátalo.

Lo coherente en la mentalidad conservadora es el que el temor se despierte ante cualquier cambio. O a lo mejor han cambiado de opinión y les ha empezado a gustar la Constitución. Pero vuelve a fallar el sujeto. ¿A quiénes se refiere? Cada cual tendrá su propia respuesta, imagino.

¿Qué argumento contrario a su punto de vista sobre la independencia se ve incapaz de refutar racionalmente?

El sentimental.

¿Por qué provoca más rechazo la renuncia de una persona a una convención administrativa (la nacionalidad) que la renuncia de esa misma persona a su realidad biológica (su sexo)?

No creo que eso sea así. Lo que provoca rechazo es la coacción contra los ideológicamente distintos y la injuria, que ha sido el principal instrumento intelectual del nacionalismo catalán durante tantos años.

En el hipotético caso de que el Gobierno de la Generalitat declarara la independencia, ¿cómo cree que debería responder el Gobierno Central? Sea concreto.

Supongo que interrumpiendo ipso facto la financiación y recurriendo a la Unión Europea, pero no sé.

¿En qué se diferencia un español de un catalán?

Depende de los tópicos que se adopten como criterio para contestar a esta ridícula pregunta.

¿Pueden los catalanes tomar de forma autónoma una decisión que afecte de forma sensible al resto de los españoles? ¿Por qué?

Ya lo hacen.

¿La de 1714 fue una guerra de sucesión o de secesión? ¿Y por qué debería importarnos en 2015?

Esta pregunta no debe ser objeto de opinión. O son hechos o son juicios de intenciones. A los libros de historia.

¿Son los problemas de los catalanes diferentes a los del resto de los españoles? ¿Solucionaría la independencia alguno de esos problemas?

Los problemas importantes creo que son los mismos para todos. Luego están los problemas "discrecionales", los que se decide tener; no niego su existencia, sólo que ignoro las condiciones de su solución. ≈

miércoles, 20 de abril de 2016

Ecos del pasado y un trabajo a medio hacer

Estaba a punto de trabajar en un post sobre la entrevista a Otegi en Salvados, pero un vistazo a El País nos regala la sorpresa de devolvernos al caso de Alpha Pam, joven inmigrante fallecido en Palma de Mallorca por tuberculosis. Como se recordará, el caso se convirtió en una punta de lanza para protestar contra los recortes en la sanidad pública. Ante la polémica, el gerente del hospital fue fulminantemente destituido y entró en una serie de molestias legales de las que acabó saliendo bien parado.

La de hoy en El País es una crónica del género "interés humano": José Naranjo, su autor, nos explica cómo la familia senegalesa de Alpha Pam ha vivido el duelo de un fallecimiento que, por si fuera poco, les privó de una fuente de ingresos tanto más notable cuanto que sus condiciones de vida apenas sobrepasan la mera subsistencia. Este es tono que domina el texto:
Casi a partes iguales, las calles de Thiaroye sur Mer están pobladas de arena y de ausencias.
Todo se comparte en casa de Fatoumata [la madre de Alpha Pam]. Sobre todo la escasez.
Le duele recordar. Se aferra a las fotos de su hijo porque es lo único que le queda (…) Lo de Alpha es otra cosa, es un desgarro, una puñalada en el vientre. Intentar explicarle que todo ocurrió porque el Gobierno español había aprobado un decreto que excluía a los inmigrantes sin papeles de la atención sanitaria es en vano. Fatoumata sigue sin entenderlo.
Ahora bien, el contenido obliga al autor a contextualizar entrando en el terreno de lo fáctico:
El joven llevaba seis meses enfermo sin que su familia lo supiera. Siete visitas al centro de atención primaria de su barrio acabaron en una derivación al hospital de Inca para que le hicieran unas placas. Presentaba dolor torácico, escalofríos, náuseas y cansancio extremo pero, aunque acudió hasta en dos ocasiones al centro hospitalario, ni le hicieron las radiografías ni mucho menos lo ingresaron. ¿El motivo? No tenía tarjeta sanitaria. El 21 de abril, "ese domingo", Alpha muere en su casa de Can Picafort en medio de un gran charco de sangre.
Naturalmente, como se trata de una crónica de interés humano, el periodista no se ha visto en la obligación de requerir la versión de los otros implicados. Cuando se usa el género periodístico para excusar el uso del contraste de versiones, ¿es exagerado hablar de manipulación?

Terminaré yo el trabajo de José Naranjo. A continuación copio (sin pedir permiso) la versión de los hechos publicada por Fernando Navarro, el gerente destituido, en el blog de Santiago González el 26 de mayo de 2013. Es un texto que arroja luz no sólo sobre el incidente; también ilustra convincentemente acerca de la verdadera extensión del derecho a la atención sanitaria vigente en España y sobre el nivel del debate público en España.
A finales de febrero se detectan dos casos de tuberculosis en el Hospital de Inca: dos niños senegaleses, hermanos, que viven en Can Picafort, en el norte de la isla. Como se trata de una enfermedad infectocontagiosa el jefe de servicio de pediatría del Hospital y el de medicina preventiva se ponen en contacto con los familiares de los niños e intentan convencerlos para que les proporcionen los nombres de todas las personas que han convivido en la vivienda. Los familiares se muestran reacios a suministrar la información: resulta evidente que la persona o personas que han convivido con los niños son emigrantes ilegales, y a éstos, como es natural, no les gusta proporcionar mucha información sobre su situación. Este es un problema que nos encontraremos a lo largo de toda la historia. Finalmente los médicos del Hospital obtienen una información: efectivamente hay una persona que ha convivido con los niños en las últimas semanas, aunque su nombre no es proporcionado.
Desde el hospital de Inca se activa el Protocolo de Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO) y se notifica del caso de tuberculosis a la Dirección General de Salud Pública avisando de la existencia de ese desconocido que ha estado en contacto con los niños, del que se sospecha que puede ser el portador original del bacilo. De acuerdo con lo que posteriormente me contarán, en Salud Pública se ponen en contacto con la Policía Local de Can Picafort, que acude al domicilio de los niños, localiza al desconocido, y lo lleva al Centro de Salud (de Can Picafort). Allí le realizan un Mantoux, una prueba para determinar si tiene o ha tenido anticuerpos de tuberculosis. Su nombre es Alpha Pam. Esto sucede el 25 de febrero.
El 28 de febrero Alpha Pam vuelve a acudir al Centro de Salud, donde se le dice que el Mantoux ha sido negativo. Sin embargo es derivado a Urgencias del Hospital de Inca para mayor seguridad. En el volante de derivación el médico del Centro de Salud indica el resultado negativo del Mantoux y la circunstancia de haber estado en contacto con tuberculosis, y recomienda la realización de una placa torácica.
El 4 de abril, 35 días después, Alpha Pam acude a Urgencias del Hospital de Inca. Como en todos los casos Alpha Pam pasa sucesivamente por el mostrador de admisión (en el cual hay un administrativo), por el mostrador de triage (en el cual hay un enfermero), y por el médico de urgencias. El enfermero de triage lo clasifica como urgencia de nivel 4. Hay cinco niveles de urgencias, siendo 1 la más grave. Una urgencia 4 es una urgencia banal, que en principio podría ser atendida incluso en el PAC del propio Centro de Salud. Esto parece indicar que ni Alpha Pam le ha mencionado el contacto con tuberculosis ni le ha mostrado el volante de derivación desde Atención Primaria porque en cualquiera de los casos el enfermero habría activado inmediatamente un protocolo de aislamiento del paciente. Por su parte el médico anotará en el parte de alta haber tratado al paciente por tos y dolor de garganta, haberle diagnosticado bronquitis, haberle recetado antibióticos y antiinflamatorios, y haber encomendado la vigilancia de la evolución de la enfermedad a su médico de cabecera: tampoco parece haber sido informado de la posibilidad de tuberculosis. El error idiomático debe ser descartado: Alpha Pam llevaba años residiendo irregularmente en España y hablaba correctamente español.
Alpha Pam no vuelve a aparecer ni por el Hospital ni por el Centro de Salud, y el 21 de abril, con 27 años de edad, muere por tuberculosis en su casa. Cinco días más tarde aparecen por urgencias del Hospital de Inca otros dos emigrantes senegaleses que declaran haber mantenido contacto con Alpha Pam, y se les proporciona el tratamiento antibiótico profiláctico contra la tuberculosis.
A partir de ese momento se desata la tormenta. A los dos días de ser atendidos en el Hospital de Inca los compañeros de Alpha Pam ponen una reclamación exigiendo, curiosamente, ser atendidos. Más curioso aún: una de las reclamaciones se presenta escrita en correcto mallorquín. Simultáneamente los diputados autodenominados 'econacionalistas' comienzan a lanzar andanadas contra la sanidad balear y su consejero, Martí Sansaloni.
Lo consignado hasta aquí es una fría descripción de los hechos. Resulta muy complicado continuar con una descripción lineal de las acusaciones porque la técnica empleada es, digamos, impresionista, a base de brochazos dispersos que provocan un potente efecto visual en el espectador: ha muerto un hombre joven; es negro; es emigrante irregular; no tiene recursos; gobierna el PP; el PP es insensible y ha hecho recortes; se le ha denegado la asistencia; nuestro corazón (el de Fina Santiago y Biel Barceló) sangra por los desfavorecidos… Ante esta acusación difusa la defensa racional se vuelve tan inútil como argumentar ante un coro de cacatúas. Cuando son desalojadas de una rama (por ejemplo, cuando se demuestra que la supuesta inasistencia al emigrante no ha existido) las cacatúas se desplazan a otra sin dejar de cacarear (y sin disculparse por haber ocupado injustificadamente la rama previa).
En cualquier caso esta dificultad se vuelve irrelevante porque el Consejero prohíbe al gerente del Hospital que se defienda ante los medios con el argumento de ser preferible centralizar la información en su gabinete de prensa; el gabinete por su parte renuncia a una defensa eficaz.
Con los socialistas incorporados a las protestas las acusaciones comienzan poco a poco a perfilarse (aunque no mucho). Como el largo periodo de tiempo transcurridos entre la visita de Alpha Pam al Centro de Salud y la realizada al Hospital enturbian un poco el relato se comienza a insinuar que en ese periodo ha intentado infructuosamente ser atendido en varias ocasiones, pero que la asistencia se le ha denegado por carecer de recursos. Los compañeros de Alpha Pam se apuntan a la historia y se animan a precisar un par de fechas. Resulta ser una mala idea: la grabación de las cámaras de seguridad del Hospital demuestra que la historia es falsa (para cualquiera que trabaje en sanidad pública, por cierto, esta versión es completamente inverosímil desde el primer momento: en Urgencias se atiende a todo el mundo). La acusación deriva entonces hacia otro punto: Alpha Pam ha sido atendido, sí, pero se le ha obligado a firmar un compromiso de pago en admisión de urgencias. ¿Y esto qué es? Explicarlo es, me temo, un poco coñazo. Allá voy.
Los españoles tenemos garantizada asistencia sanitaria gratuita total prácticamente en todos los casos. Además de los trabajadores, pensionistas, parados etc, todos aquéllos que perciben rentas anuales inferiores a 100.000 € pueden disfrutar de ella. Pero este derecho no es automático: es necesario obtener previamente la tarjeta sanitaria. En el caso de las personas con rentas inferiores a 100.000 € con carácter previo a la obtención de la tarjeta es necesario realizar unos trámites previos en el INSS. Si no se presenta la tarjeta se obtiene, desde luego, la asistencia sanitaria, pero el paciente firma un documento en el que se le dice que si en un determinado plazo no la presenta se le podrá facturar. Este es el compromiso de pago.
En cuanto a los extranjeros que viven en España, los que residen legalmente tienen reconocida la asistencia sanitaria total gratuita en términos similares a los españoles, y también tienen que pasar por el INSS. Por su parte los que están en situación irregular (los 'sin papeles') tienen derecho a asistencia sanitaria gratuita en determinados casos: urgencias, menores, embarazadas, EDO's y casos de trata de blancas o asilo político. Este derecho sí es automático: al emigrante ilegal le basta con manifestar su condición para obtener la asistencia sanitaria gratuita en los supuestos mencionados. Por último, los turistas no tienen reconocida la asistencia sanitaria gratuita.
Es muy importante destacar dos cosas. Una, que el no tener derecho a asistencia sanitaria gratuita de urgencias no quiere decir que no se tiene derecho a asistencia sanitaria de urgencias: esta se recibe en todo caso, pero puede ser facturada posteriormente. Dos, que el procedimiento administrativo por el que se solicita el compromiso de pago no es un filtro previo a la asistencia: ésta se obtiene en cualquier caso.
Los compromisos de pago se llevan al departamento de facturación, que decide si la asistencia es facturable. El sistema presenta algunos problemas. Para empezar ¿cómo se distingue a un emigrante ilegal, que tiene derecho automático a asistencia sanitaria gratuita de urgencias, de cualquier otro colectivo que no la tiene? Como he dicho no es habitual que un emigrante ilegal diga que lo es. Es más fácil, por ejemplo, decir que es un turista, firmar el compromiso de pago, y dar una dirección falsa. La asistencia de urgencias entonces se le facturará, pero la factura no llegará y aquí paz y después gloria.
En resumen todo el caso se reduce a que Alpha Pam llegó a Urgencias de Inca y fue atendido, aunque su tuberculosis no fue detectada. En el proceso firmó un compromiso de pago que no llegó a convertirse en una factura. Punto final.
Ahora el consejero de Sanidad Martí Sansaloni, asustado ante la campaña que se había alzado contra él (recordemos: el PP es cruel y racista y niega la asistencia sanitaria a los pobres emigrantes tras robarles su dinero) ha optado por una solución innovadora: se ha puesto al frente de la manifestación contra sí mismo. Efectivamente, al echar violentamente la culpa al Hospital de Inca (y su humilde gerente) ha reconocido dos cosas: a) que la culpa existía y b) que los socialistas y econacionalistas tenían razón.
Una última cosa. En la rueda de prensa que el joven consejero Martí Sansaloni convoca para explicar mi cese afirma que éste es debido a errores en el tratamiento administrativo de los emigrantes en situación irregular, lo que resulta sorprendente porque las instrucciones y protocolos que rigen este tratamiento administrativo se dictan directamente por los Servicios Centrales del Servicio de Salud de Baleares. Es decir, por él.
Fernando Navarro

viernes, 8 de abril de 2016

La Wikipedia y la Buiquipedia

Como se debe pagar los servicios que se usan, hace poco hice una modesta contribución a la Wikipedia, un instrumento que por sí solo justifica la creación de Internet. Veinte euros me parece muy poco por la gran cantidad de información de la que me he servido en estos años de idilio, y mucho menos todavía a cambio de la enorme cantidad de información de la que puedo -y pienso- disponer.

Ahora bien, el hecho de que siempre haga mis consultas en inglés es la expresión de un problema de la Wikipedia: la muy desigual calidad de sus artículos dependiendo del idioma. No es un defecto trascendental que los artículos en inglés tengan más información y que sus contenidos tengan mejores referencias que los de otros idiomas; en el fondo, eso es comprensible si tenemos en cuenta las condiciones en las que fue creada y el predominio global del idioma y de la tecnología de los Estados Unidos. Lo que a uno le gustaría es que los contenidos en español tuvieran un nivel correspondiente al rango que atribuimos a nuestro idioma.

Y es que esta tarde me dio por consultar el artículo sobre el Informe PISA:
Los exámenes PISA son muy parecidos a exámenes de inteligencia. Se evalúa muy poco conocimiento y aplicación de estos. La gran mayoría de los ítems de los PISA son muy deducibles y se pueden responder correctamente sin tener ningún conocimiento del currículo escolar. Es por esto que los resultados obtenidos se puedan deber más bien a diferencias en los CI generales de los países que en la eficiencia de sus sistemas educativos. En el CI entran en juego diversos factores que nada tienen que ver con la escuela, como son: la genética, el cuidado prenatal y la alimentación en la infancia. Así, los países con baja renta per cápita y/o con muchos inmigrantes o minorías sociales tienen malos resultados, pero en los exámenes TIMSS a los países de Europa del este (de bajos ingresos) les va mucho mejor, incluso mejor que a Finlandia, que quedó en el puesto 14 en los TIMSS de matemáticas de 1999 y en el 8 en los TIMSS de 2011. -Finlandia no participó en los TIMSS de 2003 ni de 2007.
Borges se refirió a este tipo de redacción como “exposición cuadrúpeda”. Un solecismo en una oración de nueve palabras (“se evalúa muy poco conocimiento y aplicación de estos”), un galicismo (“es por esto que”), el uso extravagante de los signos de puntuación (¡oh, esos dos puntos prescindibles! ¡Oh, ese guión que abre la última oración!), la contaminación del más barato estilo leguleyo (“y/o” donde bastaría con un “o”) y la abierta ramplonería (“en los exámenes TIMSS a los países de Europa del este le va mucho mejor”) abren paso a una explicación inexacta, poco argumentada y bastante impertinente acerca de, atención a esta nueva noción, “los CI generales de los países”. Por último, hay dos referencias en el párrafo (omitidas en la cita copiada más arriba): una es un enlace roto y la otra dirige a un texto publicado por un tal Anthony Abreu en un blog sobre educación; no he llegado a saber quién es el señor Abreu, y aunque no cabe duda de que ha querido hacer una crítica rigurosa y bienintencionada, no ha alcanzado la calidad ni tiene la autoridad de las referencias del artículo en su versión en inglés.

La Wikipedia necesita, tanto como de aportaciones económicas, de un trabajo editorial más afinado. Y desde luego precisa de más y mejores colaboradores. Por lo demás, buen trabajo.

domingo, 3 de abril de 2016

Con un gemido

Hoy quería ver un episodio de Los Simpson en su emisión en abierto en Antena 3. La guía prometía que empezaría a las dos de la tarde, pero ya eran las dos y diez y aún no había terminado Ahora caigo. Y no es que éste me parezca un mal programa, sólo que cuando se acaba sigues igual de ignorante y estás más aburrido que antes.
Después hubo unos minutos de anuncios, con una curiosa insistencia en la promoción de sus propias emisiones.
Por fin empezó el capítulo. Tras los créditos, una escena de unos dos minutos… Y se acabó. Una interrupción de siete minutos para ver anuncios. En ese momento decidí que, por mucho que me aseguraran que se iban a emitir dos capítulos seguidos y sin pausas, ya se me habían quitado las ganas de ver Los Simpson.
Not with a bang, but a whimper. La televisión en abierto acaba así, maltratando a los pocos espectadores que no pueden adaptarse a Internet, ancianos condenados a recibir retales de series entre tandas de anuncios de bollería industrial y de antologías de la copla. Son los programadores los que cobran por hacer así su trabajo. Allá ellos. ≈

Creer en tiempos revueltos

No creo que Elvira Lindo acierte cuando afirma que la efervescencia de procesiones de Semana Santa en todos los rincones de España desmiente el supuesto acoso del que tantos católicos se resienten. Según lo que uno observa, hasta en los pueblos más remotos parecen creerse que, más que expresiones de una fe religiosa, sus procesiones son bienes de peculiarísimo interés cultural y turístico; no es fácil distinguir el idiosincrático atractivo de un desfile de cofrades de Medina de Rioseco, pero así nos lo han prometido en un buen número de anuncios, como si no hubiera una infinidad de localidades a unos pocos kilómetros con una programación similar.

Sean un instrumento para dejarse ver y adquirir una cierta reputación social (como ocurre en buena medida en mi ciudad), sean vehículos de la superstición más majadera (como sospecho de la semana santa sevillana), las procesiones no parecen en ningún caso un despliegue de fuerza de la jerarquía católica, sino ocasiones que los anticlericales aprovechan para ganarse unos cuantos galones combatiendo un enemigo más bien pasivo.
El problema es muy distinto. Los errores de la iglesia católica vienen siendo numerosos, y creo que la agonía lenta a la que le somete la falta de vocaciones, de simpatías y de recursos es una consecuencia de esas debilidades. Pero los acosados son los católicos de a pie, quienes tienen que poner en juego sus convicciones en una sociedad secularizada y con escasa tolerancia hacia las expresiones, aun las más modestas, de una fe que para muchos, en su sectarismo esquemático, está connotada de inquisición, cruzadas, antisemitismo, discriminación de la mujer y abusos sexuales a menores. Sugiero a los curiosos la siguiente experiencia: que a la hora de debatir un asunto corriente como el aborto, la corrupción o la integración de los musulmanes, den a entender que el núcleo de sus creencias es cristiano. En el mejor de los casos los gestos serán de condescendencia; en el peor, muchos no podrán creer simplemente que una persona religiosa pueda opinar con libertad y de buena fe sobre esos temas. Y esto por no hablar de los paternalistas del estilo de Monedero, que usan a los creyentes despistados como mascotas o como coartada para demostrar al mundo lo tolerantes que son, siempre y cuando estén callados y se atengan a su papel como parte del atrezzo.
Y si no quieren probar esa experiencia, comprueben cómo el mundo del arte está plagado de profesionales del escándalo que, en la esperanza de provocar rechazos que les permitan caracterizarse como víctimas de la censura (y nunca, por cierto, de atentados contra su integridad física), se sirven como recurso preferente del uso ofensivo de la iconografía cristiana.