martes, 29 de enero de 2008

Conferencia de Ricardo Moreno

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Ricardo Moreno Bustillo, Catedrático de Instituto, Profesor Asociado de la Universidad Complutense y autor del Panfleto antipedagógico, inició ayer un ciclo de conferencias acerca de asuntos de actualidad organizado por UPyD en Ourense con una exposición sobre Las falacias de nuestro sistema educativo. Al acto, celebrado en el Ateneo de Ourense, asistieron más de doscientas personas.

La intervención comenzó con una revisión crítica del estado de la educación, sobre todo desde la reforma concretada por la LOGSE. "Es preciso reformar la enseñanza", afirmó, "más que innovarla". Para él, la formación de ciudadanos de un estado democrático ha de basarse en criterios y técnicas ya experimentadas y cuyo valor y eficacia han sido sancionadas históricamente por su uso.

Ricardo Moreno incidió en que, en una España donde nunca se habían dado mejores condiciones de prosperidad material y de libertad política, el ambiente en colegios e institutos ha degenerado y los resultados académicos resultan ser más pobres. Achacó el estado actual de cosas a la "jerga pedagógica" y a la manipulación de conceptos como el de motivación: "en principio, nadie está motivado para estudiar del mismo modo en que nadie está motivado para trabajar; es algo que se hace por obligación".

Explicó también que los autores de la actual reforma se defienden de sus críticos alegando que los profesores no la aplican adecuadamente. "Son argumentos que se asemejan mucho a los usados por los franquistas para descalificar a los que disentíamos del régimen dictatorial", afirmó para luego encarecer la labor de los docentes: "La mayoría de los profesores nos demoramos enseñando materias que no estamos obligados a impartir porque recibimos a alumnos que no han adquirido nociones imprescindibles para abordar el temario del curso".

Las falacias
Para el conferenciante, las falacias en las que se basa el sistema educativo público son las siguientes:

-A pesar de que la educación es un derecho, su conculcación (por ejemplo, a cargo de los alumnos que sabotean las clases) no puede sancionarse.

-La obligatoriedad de pertenecer al sistema educativo hasta los 16 años impide que un niño se encamine hacia el aprendizaje de un oficio desde los 12. En la práctica, los alumnos no pueden decidir sobre su propio futuro aunque sí sobre el de los demás.

-La creencia de que la enseñanza ha de bajar su calidad en aras de una mayor democratización.

-La pretensión de resolver simultáneamente dos problemas que sólo pueden abordarse consecutivamente: educar a quienes quieren estudiar y resolver lo que han de hacer quienes no quieren.

-El dogma del antiautoritarismo y la eliminación de un castigo proporcionado y razonado ante conductas indeseables del alumno. "Para educar también hay que frustrar y reprimir", porque no todos los comportamientos son admisibles en sociedad.

Por último, descartó analizar en términos ideológicos las bases de la LOGSE señalando que él sólo trataba de enfrentar el sentido común a "la estupidez".

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