Examinando los premios concedidos en la sexagésimo cuarta edición de la Mostra Internazionale d'Arte Cinematografica di Venezia, me he convencido de que la eterna discusión acerca de la diferencia de calidad entre el cine americano y el europeo es completamente superflua. Tómense la molestia de mirar nombres y títulos, y de comprobar para qué cinematografías acostumbran a trabajar Ang Lee, Brian De Palma, Todd Haynes, Brad Pitt o Cate Blanchett.
De paso, revisen bajo la misma luz el palmarés del Festival de Cannes durante, por un poner, los últimos veinte años. Y después repitan cien veces: "A pesar de todo, el cine americano es comercial, perverso y peor...".
No hay comentarios:
Publicar un comentario