Este es un caso en el que no me gusta haber acertado. Veamos qué dos extractos podemos sacar del editorial de hoy en El País:
Zapatero tenía todo el derecho del mundo a intentar la paz. Recibió el mandato del Parlamento para ello, pero Rajoy no quiso apoyarle. Ni entonces, ni ayer, en una actitud lamentable
cuando se refiere al Partido Popular, además de:
No es mirando hacia atrás, a los posibles errores cometidos o a las buenas voluntades insatisfechas, como los poderes públicos podrán hacer frente a lo que se avecina
cuando le toca hablar del Gobierno. ¿Sólo yo advierto la contradicción?
Para remate, el Gobierno nos quiere dar una curiosa satisfacción. Ahora Rubalcaba afirma rotundamente en televisión que De Juana "en ningún caso" pasará el resto de su condena en su domicilio. Ahora.
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2 comentarios:
Todo es cuestión de distancia. Lo que para uno es el tope, para otro es un paso más. Tú te quedaste hace mucho en el tope que no puedes ni quisiste superar, otros en cambio, pensabamos que había que agotar todas las posibilidades.Yo me planto aquí, con la declaración de fin de alto el fuego, pero seguro que otros piensan que podría darse una última oportunidad negociando hasta que hubiese un atentado. En fín, cuestión de distancia.
¿Tú te plantas aquí, ante una mera declaración, y no te plantaste ante el atentado de Barajas? No sé a qué te refieres con lo de la distancia; si hablas de perspectiva, creo que el desarrollo de los hechos confirma el diagnóstico (y la objetividad de la perspectiva) de los más pesimistas... Lo de "pesimistas" es irónico, ojo.
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