miércoles, 11 de julio de 2007

En torno a un pequeño problema


Es curioso cómo, a juicio de otras personas, los mismos rasgos, las mismas tendencias del comportamiento, de ser virtudes pasan a constituir vicios, o viceversa. Por ejemplo, el silencio del niño cuya timidez es divertida se convierte en una aviesa ocultación como arma para camelarse a los demás, cuando probablemente las causas de ese silencio sean las mismas o muy parecidas en ambas ocasiones.

Pensaba que esto era sólo una aporía ética, pero probablemente lo es también psicológica, e incluso ontológica. Huy, madre…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy cierto. Y no sólo eso, también una misma característica será apreciada como virtud o como defecto, no sólo dependiendo de quién la juzgue, sino también de quién la posea. Lo primero es más lógico, pues son distintas opiniones sobre la vida, pero en lo segundo entran los prejuicios.