Hoy es obligado abandonar el análisis del comunicado de ETA a los hermeneutas de zutabes. Sí indicaré ciertas reacciones características.
Ibarretxe, jugador de ventaja como buen nacionalista, se ha apresurado a resucitar su mesa de partidos, porque de lo que siempre se ha tratado en su caso es de rebañar, aunque sea a costa de la honradez. Y aún nos queda todo el lío del Estatuto Vasco, madre mía.
Joseba Permach y Pernando Barrena (nombres dignos de una historieta de Superlópez) lamentan verse obligados a declarar ante el juez sin que se tenga en cuenta su valor como interlocutores, demostrando así ignorar, sea por cinismo, sea por simple e imperdonable barbarie, que los poderes del Estado deben ser independientes entre sí.
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