La historia más banal resulta de lo más interesante cuando has accedido a ella a hurtadillas. Mientras vivía las circunstancias que voy a contar, más que como quien mira por el ojo de una cerradura, me sentí como si abriesen la puerta ante mí para que contemplase la escena privada que transcurría más allá del umbral. Creo que, al menos en este caso, la trivialidad de la anécdota va en consonancia con su representatividad y, además, por la convicción de que es algo real. En fin, querido lector, quedas avisado: acaso te importe un pito lo que sigue.
Iba esta mañana en el autobús de línea. En una de las paradas intermedias se subió una chica bastante atractiva que se sentó justamente detrás de mí. A los pocos minutos de reanudar el viaje, hizo una llamada con su móvil y habló en un volumen como para escucharla sin esfuerzo:
—Hola… Soy Marga… Sí… Verás, es que estoy un poco enfadada con Fernando. Como voy a Valladolid, le dije que él se viniera desde Madrid y así nos encontrábamos, pero me dijo que no… Que tenía esta mañana un seminario del master… El caso es que llamo a su casa hace un rato, y le pillo durmiendo todavía… Yo le pregunto qué hace allí que no ha ido al master y el me contesta que se ha quedado dormido pero que no importa, que puede recuperar el seminario en otra sesión. Yo le he dicho que no me lo creía, y como me dijo que tal yo le he pedido el número del master y así lo comprobaba… Él me ha dicho que de qué voy, y que si no me fío de él… Y yo le he contestado que me fiaría de él si me pasaba el teléfono… Al final hemos quedado mal… Sí, sí…
Nada importante. Vuelvo a centrarme en una novela que no me gusta, pero a los pocos instantes Marga hace otra llamada.
—Buenos días… ¿Se imparte ahí el master de osteopatía?… ¿Podría decirme si hoy se imparte un seminario? No, en el de fin de semana no, en el continuo…
Naturalmente, este comportamiento policial despierta mi interés, así que decido no perderme ya nada más. Abandono la novela y escucho cómo a Marga la pasan con otro empleado, y luego con otro que le da el dato que busca.
Ella cuelga y vuelve a llamar:
— ¿Fernando?… Que he llamado al master, y me han dicho que no hay seminario hoy… Pues nada, a ver qué quieres que hagamos. Si quieres quedamos como amigos y se acabó…
¡Van a romper! Me pongo nervioso, me siento violento; ¿estaré invitado a ser testigo casi involuntario de una ruptura sentimental y, para remate, telefónica?
—…Pues claro, si me mientes por una tontería así, qué es lo que no harías por algo más importante… Es que para mí es muy fuerte… Prefiero que me digas que no puedes ir porque no tienes pasta o que no te apetece, pero no me mientas… ¿Cómo que tienes un papel?… Pues tendré que verlo para creerte… Vale, muy bien, si me enseñas el papel y es verdad lo que me dices te pediré perdón, retiro lo dicho y me pones el castigo que tú quieras…
Eficacísimo papel debe de ser ése. ¿Qué coartada estará usando Fernando?
—… ¿Pero cómo me pides que te crea, si luego voy y compruebo que no es verdad lo que me dices?… Pues claro que tengo derecho… Encima de que estamos a distancia… Lo que pasa es que para mí los amigos son para una cosa y la pareja es para otra… Los amigos los tienes ahí siempre…
No pude oír más.
Ejercicio 1º: Haga un comentario sobre el lenguaje coloquial usado en el relato (20 líneas)
Ejercicio 2º: «Prefiero que me digas que no puedes ir porque no tienes pasta o que no te apetece, pero no me mientas». Análisis sintáctico de la oración. Análisis semántico. Análisis psicológico: ¿es sincera Marga cuando pronuncia estas palabras?
Ejercicio 3º: Exposición del subtexto: qué es lo que se querían decir los dos novios y no se atrevían a formular. Evítense los juicios de intenciones demasiado atrevidos.
Ejercicio 4º: Desarrolle, en el espacio aproximado de media página, una continuación para la escena narrada.
Ejercicio 5º: Imaginación al poder: si usted fuera Fernando y pudiera demostrar su coartada con el papel referido en la narración, ¿qué satisfacción obtendría de Marga, teniendo en cuenta la fuerza moral adquirida mediante el incidente? Por favor, demórese explicando cuidadosamente los detalles.
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